martes, 24 de marzo de 2009

Extracto de "La música de los Ainur", El Silmarillion, J.R.R Tolkien

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"En el principio estaba Eru, el Único, que en Arda es llamado Ilúvatar; y primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de su pensamiento, y estuvieron con él antes que se hiciera alguna otra cosa. Y les habló y les propuso temas de música; y cantaron ante él y él se sintió complacido. Pero por mucho tiempo cada uno de ellos cantó solo, o junto con unos pocos, mientras el resto escuchaba; porque cada uno sólo entendía aquella parte de la mente de Ilúvatar de la que provenía él mismo, y eran muy lentos en comprender el canto de sus hermanos. Pero cada vez que escuchaban, alcanzaban una comprensión más profunda, y crecían en unisonancia y armonía.

Y sucedió que Ilúvatar convocó a todos los Ainur, y les comunicó un tema poderoso, descubriendo para ellos cosas todavía más grandes y más maravillosas que las reveladas hasta entonces; y la gloria del principio y el esplendor del final asombraron a los Ainur, de modo que se inclinaron ante Ilúvatar y guardaron silencio.

Entonces les dijo Ilúvatar:
—Del tema que os he comunicado, quiero ahora que hagáis, juntos y en armonía, una Gran Música. Y como os he inflamado con la Llama Imperecedera, mostraréis vuestros poderes en el adorno de este tema mismo, cada cual con sus propios pensamientos y recursos, si así le place. Pero yo me sentaré y escucharé, y será de mi agradó que por medio de vosotros una gran belleza despierte en canción.

Entonces las voces de los Ainur, como de arpas y laúdes, pífanos y trompetas, violas y órganos, y como de coros incontables que cantan con palabras, empezaron a convertir el tema de Ilúvatar en una gran música; y un sonido se elevó de innumerables melodías alternadas, entretejidas en una armonía que iba más allá del oído hasta las profundidades y las alturas, rebosando los espacios de la morada de Ilúvatar; y al fin la música y el eco de la música desbordaron volcándose en el Vacío, y ya no hubo vacío. Nunca desde entonces hicieron los Ainur una música como ésta aunque se ha dicho que los coros de los Ainur y los Hijos de Ilúvatar harán ante él una música todavía más grande, después del fin de los días. Entonces los temas de Ilúvatar se tocarán correctamente y tendrán ser en el momento en que aparezcan, pues todos entenderán entonces plenamente la intención del Único para cada una de las partes, y conocerán la comprensión de los demás, e Ilúvatar pondrá en los pensamientos de ellos el fuego secreto."

viernes, 13 de marzo de 2009

La Tesis de la Actitud Natural y la Desconexion de la Misma

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Par.- 27. El mundo de la actitud natural: Yo y mi Mundo Circundante.

En este parágrafo, Husserl, dilucida lo que es para él el mundo en la actitud natural. Aquella actitud que ha predominado en la filosofía y las ciencias, desde mucho tiempo atrás, hasta él.

La tesis general que el postula es que, en la actitud natural, una parte del mundo queda indeterminada, y que solamente se puede intuir lo que está ahí delante. Uno percibe un mundo con caracteres de valor y estos “caracteres prácticos son inherentes constitutivamente a los objetos que ‘están’ ‘ahí delante’ en cuanto tales”; así como son cualidades de cosa, tal como cuando uno juzga si algo es bello o no, feo, grato, etc.

Par.-28. El cogito. Mi mundo circundante natural y los mundos circundantes ideales

Dice Husserl, que en el mundo Natural en que se vive se refieren todos los complejos de la conciencia, como los son el investigar, explicitar, comparar, distinguir, agradarse alegrarse; en definitiva, todas las cosas que vamos pensando, sintiendo, a lo largo de nuestras vidas. Todas estas formas de pensamiento, piensa Husserl, que se representan en la palabra cogito, pero que sin embargo, no es necesario que uno se dirija al cogito o al yo. Por otra parte, Husserl piensa, que cuando uno se dirige reflexivamente entra un nuevo cogito, que no es un objeto como tal.

No todos los cogitos en los que se vive, tienen cosas. Como lo son por ejemplo, las leyes y los números. Estos últimos están rodeados, para Husserl, de un horizonte aritmético, en parte determinado y en parte no, como el mundo real. Dice, además que carecen de conexión, prescindiendo de la referencia al yo, y que uno se puede dirigir su atención y sus actos al uno o al otro.

Par.- 29. Los “otros” sujetos - yos y el Mundo Circundante Natural e Intersubjetivo.

Plantea aquí, Husserl, que la intersubjetividad se da, porque todo lo que es aplicable a mí mismo, también es aplicable a los demás hombres. Cuando se sabe, entonces, que son hombres, se les comprende y se les toma como sujetos -yos y como referidos a su mundo circundante natural. Las percepciones son distintas en cada persona, pero se concibe el mismo mundo, una misma realidad espacial y temporal objetiva.



Par.- 30. La tesis General de la actitud Natural.

Parte aclarando que el no desea trabajar con teorías, que el lo que intenta hacer es una descripción anterior a toda teoría, teoría entendiéndola como opiniones preconcebidas de toda índole, tan sólo son una suerte de facta del mundo circundante, no como reales. Tampoco intenta hacer una pura descripción hasta una caracterización completa de la actitud natural. Tan solo intenta destacar algunos rasgos de la actitud natural que se han vislumbrado algo hasta este entonces.

La realidad se encuentra siempre allí presente, como estando ahí delante y se la toma tal como se da, también como estando allí. A lo más alguna u otra cosa debe ser borrada, por ser considerada una alucinación, u otra cosa, pero el mundo, en la actitud natural sigue siempre estando allí como un principio a priori, conocerlo de forma más completa es lo que busca la ciencia en la época de Husserl y la actual, también; esa es la meta de las ciencias en la actitud natural.


Par.- 31. Cambio radical de la tesis natural
La “desconexión”, la “colocación entre paréntesis”.

Husserl, en este parágrafo intenta cambiar la tesis de la actitud natural, intenta cambiarla radicalmente. Dice que todas las cosas que tenemos por “ahí delante”, las hemos tomado como ya existiendo, sin detenernos, ni un segundo a pensar lo que aquello significa. Y no se puede predicar de ello ninguna cosa.

Por tanto se hace necesario intentar dudar de ella, para poder examinarla más de cerca. Sin embargo esta duda no es como la duda metódica de Descartes, que se convertiría, para Husserl en una negación universal. Esa no es la idea que está gestando Husserl en su mente.

Lo que trata de hacer Husserl es poner entre paréntesis la tesis de la actitud natural, pero sin que ésta deje de existir:

“Y, sin embargo, experimenta la tesis una modificación-mientras sigue siendo la que es, la ponemos, por decirlo así, ‘fuera de juego’, la ‘desconectamos’, la ‘colocamos entre paréntesis’. La tesis sigue existiendo, como lo colocado entre paréntesis sigue existiendo dentro del paréntesis, como lo desconectado sigue existiendo fuera de la conexión.”[1]

Es una suerte de abstenerse de juzgar; la tesis, de la actitud natural es puesta fuera de juego, pero sigue existiendo de todas maneras. Sin embargo, dice Husserl, esto no debe identificarse con el mero imaginar.
[1] “IDEAS I”, Edmund Husserl, pag. 71, par.-31. Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires. Tr: José Gaos.

lunes, 9 de marzo de 2009

El concepto de Historia y Angustia, en Soren Kierkegaard.

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Para Kierkegaard antes de que se conociera la historia como tal, existe un momento a-histórico que el denomina “la nada”, esta “nada no significa que sea una nada de algo, sino que solamente es “nada”, y esa nada me hace vivir como si estuviera en el presente.

En este sentido esa “nada”, me abre a “lo histórico”, por medio del pecado. Sin embargo no debemos entender el pecado de la forma como se entiende comúnmente (como algo malo), sino como aquello por lo cual damos un salto desde un estado a-histórico, como podrían estar los demás animales, hacia lo histórico, pero es desde mi existencia y en mi existencia que se da el salto, soy responsable de mi ser, esta responsabilidad consiste en ajustarse a la racionalidad. Desde este punto de vista la conciencia representa un papel fundamental para que se dé este salto hacia lo histórico, puesto que es mediante ella que nos hacemos concientes y hacemos el salto; los demás animales( no racionales), como no son concientes de su estado de “pecado”, no pueden tener historia, y tampoco pueden recordarlos acontecimientos pasados.

Siguiendo el razonamiento de Kierkegaard, en torno a la historia, tenemos que este salto, esta historia es habitar. Por lo tanto la historia es un punto común a todos los seres humanos, y por de pronto, es algo que no se puede obviar en nuestro ser. Es el instante absoluto del cual no podemos escapar, hay una fuerza que nos impele a ella. La historia es como he decidido y he vivido en este instante absoluto. Es cuando el mundo aparece como acontecimiento, el mundo es nuestra historia misma, es el estado actual de mi existencia, es el acto mismo de lo que me está sucediendo.

El concepto de angustia, en Kierkegaard, sin duda que viene dado por este salto que se produce hacia la historia, al recuerdo. La angustia es el estado de ánimo más radical, y del cual no se tiene algún objeto posible, entonces se produce bajo la forma de la desesperación. Desde un punto de vista ético, el sujeto desaparece y, por consiguiente aparece el otro como presencia. Pero ¿Cómo es posible reconocer al otro?. Mediante la apertura al otro. La angustia me hace saltar del plano estético al plano ético, la angustia es la que me pone en el pecado. Mi propia existencia es la angustia.
La encarnación es, en ella misma, una paradoja. En parte, porque significa la aparición de lo infinito en el tiempo que ninguna mente humana puede terminar de comprender, y por otra parte, porque Dios, libre de culpa, debe ser absolutamente diferente del hombre, y el destino del hombre yace en la falsedad, desde que vive en el pecado. Y una vez que nos encontramos ya ante esta paradoja surge, necesariamente, un nuevo elemento, la fe. Kierkegaard desarrolló un concepto demasiado extremista de la fe: la fe en Dios es una obediencia que exige dejar a un lado todos los conceptos humanos.
El hombre se encuentra entre dos polos: la nada (el pecado) y lo absoluto (Dios). El hombre debe elegir entre la nada y lo absoluto. El hombre decide su ser, su vida, desde la libertad y ahí yace la angustia del Hombre
El ser del hombre oscila entre la nada de la cual viene, la nada y el pecado que lo empuja hacia abajo, que lo conduce a la desesperación (por apartarlo de su fin) y la opción por lo absoluto, que es Dios; generando así una tensión dialéctica. En cada instante de su vida, el hombre convive con esta oposición de optar por Dios, o por el pecado. La angustia es el resultado de esa tensión, de tener que elegir. El hombre debe elegir entre la nada y lo absoluto, entre el plano estético y el plano ético, entre este momento a-histórico, y el momento histórico. La angustia deviene del tener que elegir entre lo absoluto y la nada.